Hasta ahora se intuía que un tratamiento de belleza favorece la apariencia de la piel y es toda una herramienta de relajación. Un masaje facial mejora la autoestima y el bienestar mental.
Una sesión de meditación, concentrarse en la respiración cinco minutos, hacer deporte, relacionarte socialmente, salir a pasear en la naturaleza y… hacerse un masaje facial en cabina. Esta podría ser una buena herramienta para combatir el estrés.
En una sociedad donde producimos cortisol todo el tiempo en nuestro acelerado ritmo de vida, que nos inflama y mantiene en alerta, meterse en una cabina de tratamiento puede ser una válvula de escape al alcance de muchos. «Así pudo comprobarse tras analizar la actividad cerebral, frecuencia cardíaca o biomarcadores como esta hormonal principal del estrés, pero también la alfa-amilasa y la oxitocina entre otras, y teniendo en cuenta las cinco emociones más relevantes para el estudio: relajación, activación, harmonía, satisfacción y felicidad».
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