Las causas del tipo más común de alopecia, la alopecia androgénica, son genéticas y hormonales. Otras causas menos comunes, como la alopecia areata, son de origen inmunológico. Pero en todos los casos, y no solo en la alopecia nerviosa, el estrés y los hábitos de vida pueden agravar los síntomas. En este sentido, varios estudios señalan el sedentarismo como un acelerador de la alopecia androgénica.